domingo, 18 de enero de 2009

La Amante



¿Es la amante la mujer que se acuesta con un hombre casado a sabiendas de que lo es? ¿o puede ser más bien la mujer a quien él dejó por otra, pero que nunca la dejó de querer?

El término “amante” es una de aquellas cuestiones que tiene más discusión de contenido que de contexto. Se entiende a ciencia cierta quién es, qué representa y cómo se manifiesta. Se critica amplia y constantemente qué hace, cómo lo hace y cuándo. Sin embargo, si nos vamos a analizar el asunto, yo me pregunto, ¿quién es la amante?

Decidí entonces darme a la tarea de preguntarle a mis amigas su percepción al respecto, y a mis amigos su idea, y me sorprendí ampliamente con la variabilidad de su función. Para empezar, las mujeres de hoy en día entienden que una ‘amante’ no implica dos cosas “fundamentales” de la típica descripción conocida: sexo y matrimonio. En cuanto a matrimonio me refiero a que no todos los hombres que tienen amante tienen que tener esposa, las hay que simplemente no buscan ningún compromiso, el sexo es el elemento principal, y ambos evitan verse en público juntos –aún ninguno de los dos tenga pareja-; se le conoce más comúnmente como ‘sex-friend’ o simplemente ‘amiga’ (pero con ese tono peculiar en la voz).

El otro tipo es la que no tiene vida sexual con el sujeto –quien sí está casado-. En este caso, ambos disfrutan de otros aspectos, como intereses profesionales o un pasado en común, y son regularmente las que pasan desapercibidas para la ‘esposa aquella’ al venir camuflajeadas de amigas. He aquí el problema: estas mujeres puede que tengan un concepto hasta cierto punto respetuoso, pero escéptico respecto al matrimonio y al rol eminente de la esposa, aunque tengan conflicto entendiendo que esa ‘esposa’ en particular cumple con los requisitos de un hombre como ‘aquel’.

La relación de estas personas –puedo casi afirmar- surje como una genuina amistad y el consumo de tiempo, las situaciones de la vida, los momentos a solas, las cosas del destino (qué se yo!) hace que se vaya tornando en algo más que, en su mayoría de casos, “se ‘entiende’ pero no se ‘habla’ kind of thing”. Para muchas y muchos de los entrevistados este tipo de relación o amistad, o como quieran llamarle, puede resultar muy interesante, y hasta cierto punto más intrigante que la tradicional, pues puede darse un enamoramiento lento y genuino que tiene más posibilidades de supervivencia prolongada que aquella cuyas ataduras son delimitadas por la conexión de los cuerpos.

También hay que resaltar otra categoría moderna de ser “amante”, y en eso debo admitir ser más machista que feminista (cosa MUY rara), y es ‘la ex’, y no toda ex, que quede claro, es esa ex que ha estado ahí, la amiga, la confidente, el paño de lágrimas, la apoyadora, la inconstante, la técnicamente ausente pero simpre presente, la que le conoce el pensamiento, la que interviene en problemas laborales, ahh… ¿sigo?

Y ya termiando el escrito un amigo me recordó que hay las esposas que son también amantes, que –en su opinión- son las que siempre buscan detalles para mantener el romance. Yo he conocido pocas, y debo darle crédito a cada una de que dicha téctica es la mejor aseguranza de un matrimonio “happily ever after”.

Como pueden ver esta moneda tiene muchas caras, y no particularmente sencillas algunas de ellas. ¿En mi opinión? Hay varias consideraciones… Para empezar, hay casos y casos, y ni todos se zafan del estigma del pasado, ni todos son injustificables. Aunque sería más peligroso reflexionar conclusivamente que:
¿Hay conexión directa entre ser amante y ser infiel o se pueden cruzar los cables? Y voy más allá: ¿infiel a quién? ¿a ‘la esposa’, a la realidad, o a su corazón?

Juzguen ustedes…

Enero 2009

1 comments:

Rosa Silverio on 22 de enero de 2009, 6:44 p. m. dijo...

La ética y el respeto hacia los demás seres humanos nos invita a actuar de manera que no le hagamos daño a terceros. Esto implica no involucrarnos en una relación en donde haya una persona engañada que pueda resultar herida o vejada en su dignidad.

Sin embargo, poco saben de eso el corazón y las ganas cuando las feromonas se activan o cuando se siente que se ha encontrado algo especial y de gran valor en otro ser humano.

Creo que esto es un asunto muy complejo y de muchos matices y que aunque haya una regla general, es mejor ver cada caso en particular y sus circunstancias debido a que cada caso tiene connotaciones distintas.

Sin embargo, pienso que la historia ha sido muy injusta y severa con las mujeres que han sido amantes, a quienes se les reprueba y repudia, mientras que al hombre se le celebran sus actuaciones como hazañas.

Si bien en cierto que la mujer amante incurre en un desliz por intimar con alguien con quien confabula el engaño, no menos cierto es que la peor culpa la tiene el amado puesto que es él quien tiene el compromiso con la otra persona y es él quien debe rendir cuentas ante ella.

En el caso contrario sería igual. Si fuese el hombre el amante, también tendría su cuota de responsabilidad, pero el mayor peso moral recae sobre la mujer que engaña a su pareja con este hombre, pues a fin de cuentas este hombre es libre, pero ella tiene un compromiso.

Y fíjate que curioso que aquí también, en el caso de que sea la mujer comprometida que busque un amante, se le juzga con mayor severidad que al hombre, ya que en el caso del hombre las infidelidades no son tan mal vistas y algunos entienden que deben ser toleradas por las mujeres, mientras que la mujer que se busca un amante es repudiada por la sociedad y marcada con el "signo de la bestia".

En resumen, en sociedades machistas como la nuestra, las de perder la lleva la mujer. De todos modos, sin importar si se es hombre o mujer, hay un dilema moral que implica ser amante de alguien con lo que se tiene que lidiar si se accede a este tipo de relación que casi siempre ocasiona daños, no sólo al engañado, sino también a quienes engañan ya que o pierden su reputación o terminan con los sentimientos lastimados (en especial aquellos que se convierten en amantes porque sienten un amor verdadero y no tenían la intención de hacer daño).

Este tema da para reflexionar mucho. Estas son sólo algunas ideas.

Publicar un comentario

La escritora agradece su visita e interés en dejar un comentario. Se aceptarán todos los comentarios escritos con el debido respeto por la vida humana, la diversidad y la toleracion en todas sus versiones: religión, género, edad, nacionalidad, etnicidad y preferencia sexual. Se reserva el derecho de eliminar aquellos comentarios que no respeten dicha solicitud. Muchas gracias.